El engaño

Nada más desesperante que no poder mirarse en ningún espejo. Hoy no tengo manos ni voz. Esa no soy yo, esa sin pasión, esa, la que no tiene palabras y regala lágrimas entupidas. La mentira automática, las ganas de darme explicaciones que no creo, claro que no! Por eso es la angustia, porque no creo esas falsas y pobres respuestas. Otras veces las he inventado mejor. Ni respuestas, hasta aquí la decadencia.

Algo tengo q hacer, algo tiene que cambiar de mi constelación de planetas, porque así no llega la luz del sol. Y el dilema viene por haberme enredado en tu pantano y hacer de ese el fango de mis días. Ya no puedo distinguir si son mis huellas o las tuyas. ¿En qué tipo de idiota me transformé? Y es por eso este letargo, y es por eso que no reconozco más el rumbo… porque dejé de buscarlo. Solo estoy haciendo cosas y cosas sin saber por qué. Y en el fondo no entiendo nada, no se a donde quiero llegar, no se por donde quiero caminar, ya no reconozco un olor ni una pasión que sea mía, que sea autentica. Pero eso no es tu culpa, es mía. Sos mi excusa sabes? Aunque algunas de mis llagas te pertenecen, no sos el verdugo de mi imbécil espíritu. Ni si quiera eso que trato de ocultar es verdad del todo.

Más allá del amor, esto no es amor, esto es desencuentro…